miércoles, 8 de mayo de 2013

LUÍS XIV, EL REY SOL


El "Gran Siglo" de Luis XIV está marcado por la imagen de un Rey absoluto y de un Estado poderoso. Investido muy joven de sus funciones y educado por el Cardenal Mazarino, el Rey Sol sienta las bases del absolutismo. En 1682, se instalada, rodeado de su Corte, en el Palacio de Versalles, el mejor símbolo de su poder y de su influencia en Europa.

Apodado "Louis-Dieudonné", Luis XIV nace en 1638, en Saint-Germain-en-Laye. Convertido en Rey a los 5 años, al morir su padre Luis XIII, el joven soberano recibe de Ana de Austria, su madre, y del Cardenal Mazarino, su padrino, una educación completa. Mazarino está oficialmente encargado de su iniciación política. Su madre asegura la regencia; esta es la época de la Fronda (1648-1653), la rebelión de la alta nobleza y del pueblo de París. El niño se siente amenazado en su capital y humillado por la arrogancia de los Grandes, y nunca lo olvidará.

La familia real
Luis XIV se casa en San Juan de Luz, en 1660, con su prima hermana, María Teresa de Austria, Infanta de España. Su unión consolida la reconciliación de Francia con su vecino español. El Rey y la Reina tienen seis hijos. Sólo uno de ellos sobrevivirá: Luis de Francia. En 1683, el Rey se casa en secreto con Madame de Maintenon, que sucede a sus primeras favoritas: Mademoiselle de La Vallière y Madame de Montespan, con la que tuvo varios descendientes reconocidos.

DE LAS RESIDENCIAS DEL REY AL PALACIO DE VERSALLES
Hasta que se instala en el Palacio de Versalles el 6 de mayo de 1682, el Rey obliga a la Corte a desplazarse con frecuencia. Luis XIV y sus cortesanos se alojan en el Palacio del Louvre y más tarde en las Tullerías, en los castillos y palacios de Saint-Germain-en-Laye, de Vincennes, Fontainebleau, y Versalles, en plena transformación. Los trabajos se confían a artistas como André Le Nôtre, Louis Le Vau y el arquitecto Jules Hardouin-Mansart. En 1678 comienza la construcción de la Galería de los Espejos, el mayor símbolo de poder de la monarquía absoluta. A ofrecer suficientes espacios como para alojar a los cortesanos, el Palacio y sus dependencias contribuyen a domesticar a la nobleza. Bajo la atenta mirada del Rey, los Grandes dejan de conspirar y residen en los ejércitos o en la Corte, atentos a complacer y a servir. Intimidante, majestuoso, al tanto de todo gracias a sus espías, el Rey domina.

Un Rey apasionado por las artes
Los centros de interés del soberano son muy variados y destaca en numerosos campos. Los contemporáneos reconocen sus dotes de buen músico -tocaba la guitarra-, de excelente bailarín y organizador de ballets, y de brillante jinete. Al Rey le gustaba la caza, el paseo, la esgrima, los espectáculos, los juegos de sociedad y, en particular, el billar. éste se rodea juiciosamente de los mejores artistas de la época entre los que se encontraban Molière, Lully o Racine. En el Palacio de Versalles hace que se representen sus comedias y óperas, y organiza brillantes fiestas.

UN MONARCA POR DERECHO DIVINO
Luis XIV escogió el sol como emblema. El sol representa a Apolo, dios de la paz y de las artes; también es el astro que da vida a todas las cosas, que es la regularidad en sí misma, que sale y se pone. A imagen del dios, Luis XIV, héroe guerrero, trae la paz, protege las artes y es el dispensador de todas las gracias. Con la regularidad de su trabajo, sus levers y couchers públicos, marca el parecido, inscrito en la piedra. En toda la decoración de Versalles se mezclan las representaciones y los atributos del dios (laureles, lira, trípode) con los retratos y emblemas reales.

El régimen absolutista
El monarca reside en el cuerpo central del Palacio, en el primer piso, en el que se le han reservado tres aposentos. El Rey impone en la Corte la Etiqueta, reglas de prelación a las que debe someterse la nobleza. Desde Versalles, Luis XIV dirige un Estado centralizado y absolutista que ha construido en torno a su persona. Con Colbert, dirige la reorganización administrativa y financiera del reino, así como el desarrollo del comercio y de las manufacturas. Con Louvois, reforma el ejército y acumula victorias militares. Monarca de derecho divino, el Rey es el lugarteniente de Dios en la tierra. En su coronación se compromete a defender la fe católica. Para hacer honor a su juramento y preservar la unidad religiosa del reino, inicia la lucha contra los jansenistas de Port-Royal y las persecuciones contra los protestantes. Las conversiones forzadas, la emigración de doscientos mil de ellos, hacen que suprima el edicto de tolerancia: el Edicto de Nantes de 1685 es revocado.


Debilitado por 72 años de reinado, Luis XIV muere el 1 de septiembre de 1715 y es enterrado en la basílica de Saint-Denis. Luis XIV lega su trono a su biznieto Luis XV, que por aquel entonces tenía 5 años. Luis XIV será el hombre del siglo XVII, símbolo de los fastos de Versalles y de la proyección de Francia.

Aquí podrás encontrar información sobre el gran Palacio de Versailles:

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